Mi Gozo en un Pozo

Esta mañana se suponía que teníamos que asistir a ese Grindhouse que Manga Films se ha sacado de la manga (nunca mejor dicho), formado por las pelis Desmembrados y Ovejas Asesinas. Seguro que son carne de videoclub (un gore chusco rodado en Rumania -como no- y una producción de serie B de Peter Jackson con ovejas-teleñeco masticando neozelandeses) pero eso del dos por uno siempre ha dado buenos resultados (y si no, que se lo digan al Carreful). Pues nada, que el pase de prensa ha quedado aplazado hasta el lunes. Allí estaremos como un clavo.
A ver si con esta demencial idea los lumbreras de Aurum se enteran de que en este pais si que hay cultura de las Grindhouses (¿y que otra cosa eran el Astor, el Texas, el Virrey, el Montserrat...?) y que muchos hemos malgastado nuestras infancias en sesiones dobles que mezclaban los mondos italianos con las pelis de Ozores, los spaghetti-westerns con las de dibujos, las de kung fu con las de Fulci, y así todas las combinaciones locas posibles hasta hartarnos...
Hay gente que dice que está de moda reivindicar la caspa (lo deben decir por el estado actual del cine americano) y reniegan de ello. La verdad es que aquellas películas demostraban mucho más ingenio e inteligencia que el cine gafapastoide contemporaneo. A mí, sinceramente, no me cuesta demasiado reivindicarlo, aunque sea un cinefilo de pro, más que nada porque de ahí vienen mis raices, eso es lo que he mamado y por ellos me dedico a lo que me dedico. Aquellos que lo desprecian ni lo vivieron ni lo conocen. Ni siquiera saben quienes son Manuel Esteba, Bruno Mattei, Fabrizio de Angelis, Max Pecas, Peter Manoogian, Rodjara o los hermanos Ramsay, pero se sienten con capacidad para vilipendiar un cine en peligro de extinción. Mal rayo les parta.