viernes, diciembre 29, 2006

Noches de alcohol y cine-caspa

Y ya van dos. Como los peti-suís.

Dos noches seguidas de delirio etilico-cinematografico en el Hurón City. A este paso la leyenda de Francesco Nuti (que digo Nuti, Bukowsky!) va a quedar a la altura del Capitán Lechuga.
Un coctel letal, segun se mire. No por el contenido borrachero, que tampoco ha sido para tanto, sino por los ingredientes fílmicos del asunto. Pero, como decía la canción, vayamos por partes.

Anoche, el señor Angel y un servidor de ustedes, nos agarramos un litrazo cervecil antes de sumergirnos en la fantabulosa variedad del cine navideño. Todo peliculas para mongolos y niños de seis años, aunque hacía horas que se suponía los crios tenian que estar en el sobre. Que si el borderline de Tim Allen haciendo de Papa Noel, que si los pinguinos bailarines, que si los ratones aventureros, que si la momia de Matthew Broderick en un churro invernal, que si....caca de la vaca. Yo y mi compañero de fatigas teniamos claro que ibamos a ir a ver la del Jaime Bond, la nueva esa del superagente con orejas de soplillo, Casino Flan Royal. Justo antes de comprar la entrada, rantataplas! vamos y pedimos para ir a ver Mia Sarah, que es de amorios (justo lo contrario de lo que debiamos ver). No se si fue la cerveza, o la oreja y el lacón del señor gallego, pero nos fuimos a ver la pelicula esa de la chica solteruna, el psicologo tontín, el niño de la lengua de las mariposas y el agüelo, o sea, Fernan Gomez. A la mierda! No necesito su admiración!

La película se deja ver, es agradable dentro de los fallos propios del director novato. No acaba de planificar bien, pero le echa desparpajo y los actores no están mal del todo (aunque Borja le hubiera sacado mas intringulis al personaje que el Guzmán). No salen tetillas ni nada pero como estabamos con el espiritu de las fiestas no nos pareció mala, y el dinero fue una inversión adecuada.

Esta noche se ha repetido el experimento atómico, pero en vez de ir con el Sr. Angel, ha sido el Sr. Carlitos el que me ha acompañado a los dias de vino y rosas (si, ya se que hubiera estado mejor Lee Remick, pero es lo que hay). Un cocktel, una cerveza y algo de condumio de nuestra cerveceria habitual antes de regresar a la multisala. Teniamos claro que ibamos a ir a ver El Perfume, una superproducción, rodada en Barcelona, asi como siniestrilla y misteriosa. Justo antes de comprar la entrada, voila!, otra vez se nos va la castaña y acabamos pidiendo entradas para ver Dejavú. Si, si, han leido bien, Dejavú!

El puto Tony Scott me ha amargado la noche. Que supino aburrimiento. Que inutil tras la camara. Ese señor bien haría en dedicarse al onanismo y la autoreclusion y no salir mas de su casa. A su lado, el director de Mia Sarah es Orson Welles. Que verguenza! Todo en la peli tiene el aspecto de haberse rodado y montado a lo loco. Que salga como sea. Camaras lentas que no vienen a qué, primerisimos primeros planos casi quirurjicos (he contado el numero de poros del rostro del amigo Denzel), planos recurso a tutiplén, panoramicas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, las gruas y los helicopteros que vienen y van, musica de telefilm, etc. Me he aburrido mas que si hubiera recuperado en una sesion doble Rocky 5 y El Funeral, de Abel Ferrara. Casi hace que recuerde con cariño la de Shortbus. No, borrad esto ultimo. Antes que volver a ver Shortbus prefiero hacer gargaras con gasolina mientras me fumo un Montecristo. Con lo mucho que me gustó la de Revenge, con su Anthony Queen cabronero y mala persona, dandole estopa al Kevin Corner.

Pues nada, el sabado le pongo remedio a todo esto con otra reunión de la cuchipanda pa ver como unos chinos se zurran entre si, unos terrores del Sr.Mario y alguna peli de tetillas, que siempre está bien. Cine bueno de verdad. De ese que le deberia gustar al Garci. El septimo arte en mayusculas. Amen.